Rosa de mi jardín |
Abrieron la puerta. Ya en el pasillo que llevaba a la cocina, se podían ver flores de hermosos colores tiradas por el suelo, cristales rotos y agua que se confundía con la sangre de un cuerpo de mujer que yacía muerta en el frío piso cerámico. En su mano derecha, oprimía arrugada, una boleta que indicaba que aquel día había comprado un ramo de flores.
Él no le creyó...
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