martes, 26 de abril de 2011

COLLAGE DE POESÍA VII. Dedicado a J.L. Borges



En busca de la tarde, mis pasos
claudicaron abrumados
por inmortales distancias.
Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años, mi paso busca y halla
el esperado umbral.
Vuelvo a la casa de mi infancia
con su timbre, su número preciso
y un sabor a perdido paraíso.
Hoy, que su puerta es polvo,
en el íntimo patio de la parra
se derrama un tiempo ya sin aventuras.
Exploro con una lentitud cimarrona
esas viejas dulzuras y también,
los viejos rigores dormidos en la hiedra
como una rosa inalcanzable, que doblegó
mi razón y trazó mi capricho.
Hoy no eres otra cosa que mi voz;
un cansado alarde de palabras
con una suerte de estudiada pena.
Hoy, en la linde de los años cansados,
soy un hombre solo en una tarde hueca.
Mi destino, hecho de zozobra; de amor
y varias vicisitudes, es una serie
de imprecisas imágenes hechas
para el olvido.
En el silencio que habita los espejos,
una racha de milonga llega desde lejos,
la noche se ahonda en el sueño y estoy
solo y conmigo; me aguarda inagotable
el universo y el amor, que espero
y que no pido, en los blancos
dones del olvido.

Queridos amigos, Norma me solicitó que hiciera este collage dedicado a Borges, espero que quede contenta con el resultado.  Yo me he sentido autorizada por el mismo Borges a utilizar sus versos al leer esta dedicatoria con la que comienza su poemario "Fervor a Buenos Aires", parte de la obras completas del autor, volúmen I, editado el 2005 en el cual basé este collage.

A quien leyere...

"Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente.  Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tú el lector de estos ejercicios, y yo su redactor."        J.L. Borges

jueves, 21 de abril de 2011

COLLAGE DE POESÍA VI. Pedro Salinas (1892-1951)



Pedro Salinas perteneció a la generación del 27. 
La aparente sencillez de sus versos hizo que Lorca les llamase prosías.  El libro del cual fueron extraídos estos versos es "Razón de amor", poemas de 1936, etapa considerada de plenitud de su poesía, en que generó una trilogía amorosa dedicada a una estudiante norteamericana que conoció en España.
El poemario "Razón de amor" examina lo que queda del amor cuando éste acaba. La pasión y el dolor de la separación son, por lo tanto, los temas centrales del libro.

Se apartaron los ojos
arrasados de llanto,
llevándose escrito en ellos
el pasado.
Se quedaron los besos,
a medio vivir
de sus destinos.
Ya no te encuentro
en los grandes campos
de esperanzas, ni en los altos
huertos de estrellas maduras.
Ya no canta el mirlo
en su rama; solo se palpan
soledades nuevas, fantasmas
sin asideros, horizontes
sin llegada.
Todo sonido, en eco tuyo
me lo convierte el alma
que te espera.
Intento prolongar el hecho
mágico; busco tu sueño
sin sentir la fatiga
de mi alma doblada.
Como un soplo imperceptible,
unas alas invisibles golpean
las paredes del día...
¿Serás amor, un largo adiós
que no se acaba?

Karyn Huberman 2011.

martes, 12 de abril de 2011

COLLAGE DE POESÍA V. En recuerdo de León Felipe.



Un collage para reivindicar a León Felipe como un poeta mayor superando las dificultades que en vida le depararon su independencia de todas las corrientes literarias de la época y su condición de exiliado.


Hoy abrí la ventana que mira al mar y el viento, desnudo bajo
la noche y frente al misterio, cambio de agonía como de vestidos.
Aquí en esta gran feria de tinieblas, yo no soy la mañana;
quizás esa estrella que corre por el cielo sin albergue como yo por la vida.
¡Hay tantas sombras, tantas telarañas y tantos fantasmas aquí dentro!
Dejadme, ya vendrá un viento fuerte que me lleve a mi sitio.

Me trajisteis aquí para contar las estrellas más me vi acorralado
en la noche del mundo cual polvo de carbón apagado.
Me voy porque ya no hay caminos para mi en el suelo, me voy
sin haber encendido mi lámpara.
Fuiste... el aborto de un sueño... ni una golondrina ya llega a buscar
tus aleros corazón mío... ¡Qué abandonado te encuentro!

Desde esta ventanilla que enmarca el paisaje,
soy gusano que sueña... y sueño...
¡Verme un día volando en el viento!


Versos extraídos de "Antología rota" de León Felipe.  Edición de 1977.

martes, 5 de abril de 2011

COLLAGE DE POESÍA IV. Acercándonos a Walt Whitman


Quisiera comentarles antes de comenzar a leer el resultado de este collage, que cuando le dije a Teo que pensaba hacer uno de Walt Whitman, me dijo que resultaría muy difícil, que no creía que pudiera hacerlo. La verdad es que fácil no fue, el poeta tiene su forma de versar diferente.  Tomé para mi trabajo "Hojas de hierba", edición de 1973.  Ahí sus poemas son prácticamente todos en prosa, no busca en ningún momento la rima, solamente desea traspasar sensaciones, hacernos pensar y reflexionar cual filosofo sobre el mundo, sus maravillas y atrocidades.  Así que dicho esto, les dejo aquí el resultado de mi viaje al interior de "Hojas de hierba", lo acompaño de un collage que he creado basándome en todas las sensaciones que  fue dejando el poeta Walt  Whitman en mi interior.



¿Qué buscas, tan pensativo y silencioso?
Ved en mis poemas, el vaho de mi aliento. Oid allí los ecos ruidosos de mis cantos.
Yo soy aquel que camina con la noche tierna y fecunda, sorprendido de mi ligereza y de mi alegría.  Mi voz persigue aquello a que mis ojos no alcanzan.
Yo soy aquel a quien atormenta el deseo amoroso. Solitario, aspiro el olor de la tierra,
los vapores que exhalan los países inexplorados, el sudor del amor de los jóvenes.

Quisiera ser marinero del universo, dirigirme a todos los puertos, sentir el blanco rocío
del mar que se agita delante del navío que cabecea en la tempestad; llegar a los océanos
infinitos en que se vierten los ríos y, cuando lo azul sin límites se extienda por todos lados,
lanzar fuera de mi estos cantos para ti, para tu eterna marcha.

¿Quién quiere pasear conmigo bajo la aureola de la lluvia; sobre la gris arena susurrante de la playa; bajo la bóveda del firmamento en la tarde fugitiva?

Silenciosa, mi alma vaga como en sueños en el amanecer violado y púrpura de leves brisas, sobre las copas de los árboles un millar de ecos melodiosos nacen a la vida en mi ser para no morir y, arrullado por la música de las hojas susurrantes levantadas por mis pies, te envía mi canción.