VIII
CÓMO ESCRIBIR
La mente se vacía,
el pensamiento queda en blanco,
el abatimiento cubre
todas las interrogaciones
del momento y las anula.
Celajes punzantes,
en el ánimo.
Ízan, aparentemente sereno,
algo afiebrado, duerme.
Cómo y qué escribir
en este estado de biónica
sensación y fuertes desánimos.
Y, sin embargo,
¡cuánto por decir y desahogar,
cuántas palabras por descubrir
-horizontes del desierto-
para poder reflejar
una situación que parece
-nauta errante-
írseme de las manos!
Tú estás,
hijo del corazón,
como si no te hallaras
al lado; tu presencia se esfuma,
tras el nocturno instante,
entre aletargados desvelos
y profundos vacíos.
Luego, nada;
nada de nada;
larga, anodina noche,
horas de tremenda nada.
Y aún así,
entre estrellas y planetas,
irradiaciones siderales
-Venus duerme al lado-,
flotas en los lagos relucientes
-abstracciones, pensamientos-,
de todas mis más nobles
e íntimas consideraciones.
Teo Revilla Bravo.
Valle Hebrón, Barcelona. 20.-12.-2011.
Es un poema muy hermoso. Un abrazo grande a los dos.
ResponderEliminarGracias amiga por pasarte por aquí. Besitos.
ResponderEliminarEstupendo poema, del amigo Teo, que nos presentas, amiga.
ResponderEliminarBien, pueden firmarle ambos; pues denoto, la unión de sentimientos.
Espero, porque lo deseo, que las cosas marchen bien.
Mis parabienes.
Abrazos, al amigo; besos, a la amiga
Es cierto josé, hay una unión de sentimientos y aunque sea él el que lo escribe quizás imaginariamente mi mano estaba sobre la de él cuando la escribió.
EliminarBesitos, Katyta
Maravilloso poema. Tantas cosas nos pasan cuando nos ponemos a leer un poema, a veces nos encuentran nuestros propios rostros y emociones en las letras de un amigo.
ResponderEliminarMuchas felicidades para estas fiestas. Te espero por mi espacio con tus poemas. Eres bienvenida