sábado, 5 de mayo de 2012

CONCIERTO AL PIANO




Observaba sus manos delicadas, sus dedos largos y bien cuidados, ellos iban rozando a veces; imprimiendo con fuerza y precisión en otras. Su toque mágico en las teclas del lustroso piano devolvía desde su caja sonora las notas,  formando la melodía que la llevaba a mundos irreales. Ella lo escuchaba desde la primera fila, cerraba sus ojos y se dejaba llevar por las imágenes que nacían en su mente: una copa de vino, su cuerpo desnudo y él observándola desde el taburete del piano. La copa se derramaba lenta por su cuerpo, el delicado y aromático vino comenzaba su parsimonioso recorrido por los poros de su cuerpo, creando surcos granates desde su boca hasta la entrepierna, pasando por el centro de sus abultados pechos y creando un pequeño remanso en su ombligo. Añoraba que él fuera recorriendo esos senderos al compás cadencioso del Nocturno de Chopin, que rozaran sus cuerpos meciéndose al ritmo del Adagio de Albinoni, que la hiciera suya al tenor estremecedor de Carmina Burana para luego abandonarse al “sueño de amor” de Liszt. 
Los aplausos la despertaron, o posiblemente fue la mirada inquisidora del hombre que estaba sentado a su lado.  Quizás durante el sueño había dejado escapar algún suspiro profundo, ¿un pequeño quejido o jadeo?    No lo sabía, pero se había dejado llevar por las sensaciones y sin duda, había sido el mejor concierto al piano que ella había disfrutado.

© Karyn Huberman 2012. 

4 comentarios:

  1. Estupendo, amiga, qué bien narrado!

    Te felicito.

    Besos

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    1. Muchas gracias José por leerme, me alegra saber que te ha gustado.
      Besos, Katyta

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  2. Un relato en clave poética. Me gusta su brevedad y su dinamismo. Enhorabuena.

    Besos

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    1. Luis, un enorme placer encontrar un comentario tuyo a este escrito, muchas gracias amigo, espero te encuentres muy bien.
      Besos.

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Gracias por dejarme tu opinión... besos.